Elegir el ultrafreezer adecuado para las necesidades de cada laboratorio es una tarea que puede ahorrar en costos de producción, tiempo y distribución del espacio para cada laboratorio, así como también en mantención de un equipo que quizás, no es el adecuado para el uso que se le está dando.
Un ultrafreezer es utilizado en el laboratorio para almacenar bacterias, pólenes, protozoos, células, esporas, ADN, tejidos, preservación química entre otros usos y sus rangos de temperatura van entre los 10°C a -86 °C, dependiendo del fabricante y el modelo. Estos equipos son vitales al momento de requerir respaldo en pruebas de rendimiento y la protección de una muestra en una infinidad de ensayos y procesos de fabricación que requieren muestras biológicas raras o costosas y materiales de investigación delicados.
Al momento de elegir un ultrafreezer para el laboratorio, se debe tener en cuenta que éste coincida con las recomendaciones de pruebas ambientales y la capacidad de temperatura para el almacenamiento necesarias, por lo que sus rangos de temperatura deben poder ajustarse hasta incrementos de 0.1°C de precisión, a la vez que sus sistemas permitan que su rendimiento sea óptimo sin provocar un sobreconsumo de energía.
Otro punto importante es que el equipo que se elija pueda contribuir a que las condiciones internas se mantengan en todo momento, por medio de un aislamiento eficiente y juntas montadas en sus gabinetes y puertas, que permitan un alto rendimiento de la energía. Un ultrafreezer también debe tener compartimentos internos separados, cada uno con sus respectivas puertas aisladas que limiten la entrada del aire desde el ambiente externo. Adicionalmente, todas sus partes, internas y externas, deben ser resistentes a la corrosión, inoxidables y fáciles de limpiar.
Finalmente, el ultrafreezer de laboratorio debe tener, en el interior, un sistema de refrigeración uniforme en su rango de temperatura, lo que se logra con una correcta aislación y puertas de seguridad. Algunos equipos más modernos vienen equipados también con alarmas, las cuales alertan al equipo del laboratorio de temperaturas muy altas o muy bajas, del bloqueo del filtro, falla de alimentación, puerta abierta y fallas del sistema, entre otros.