El nitrógeno está presente en su gran mayoría en el aire que respiramos y en su forma más pura se puede utilizar en una infinidad de aplicaciones e industrias, esto hace que poseer un generador de nitrógeno sea una opción mucho más solicitada que obtenerlo envasado, ya que mejora la flexibilidad de la producción y es capaz de asegurar el nitrógeno necesario, en la cantidad necesaria en todo momento.
Para que el nitrógeno se genere, se deben separar las moléculas de nitrógeno de las otras presentes en un flujo de aire comprimido, que esté limpio y seco. El resultado de esto será nitrógeno totalmente puro.
Alguno de los usos más comunes del nitrógeno puro es el inflado de neumáticos y la prevención de incendios, para lo que se requiere de nitrógeno de pureza baja, entre el 90% y 97%. En cambio, para usos como el procesamiento de alimentos y bebidas y el moldeo de plástico, el nitrógeno debe tener una pureza alta, entre el 97% y el 99,9%.
Un generador de nitrógeno de membrana puede separar el nitrógeno del resto de los componentes del aire comprimido mediante membranas semipermeables compuestas por fibras huecas. Componentes como el oxígeno, vapor de agua y otros gases, pasan fácilmente por la membrana, pero el nitrógeno queda en la membrana y fluye por el puerto de salida. Este nitrógeno resultante será muy seco, con puntos de rocío de hasta -50°C.
El otro método para la generación de nitrógeno es mediante la adsorción por cambio de presión o PSA, en donde las moléculas del aire comprimido se adhieren a una superficie adsorbente. El generador de nitrógeno PSA aísla el nitrógeno de los demás gases, obteniendo así nitrógeno puro. Este tipo de generadores logra entregar un flujo continuo de nitrógeno, a partir de aire comprimido, con una pureza del 99,999%, el cual es requerido para ciertas aplicaciones industriales.