En química, el concepto de Precipitado se refiere a un sólido formado desde una solución, mediante la cristalización de una sustancia disuelta o por la formación de una sustancia insoluble por medio de una reacción química.
El proceso del Precipitado comienza a partir de una sustancia sólida que estaba disuelta y que se vuelve menos soluble. Los motivos por los que esto ocurre son variados, como por ejemplo, que la temperatura de la solución disminuya, al agregar un agente precipitante u otro solvente que haga este efecto.
La precipitación siempre ocurre en dos etapas: Nucleación y Crecimiento. Durante la nucleación, se forman pequeñas partículas de precipitado, llamadas núcleos. Luego, en el crecimiento, los núcleos formados crecen hasta que el proceso de precipitación llega a su fin.
La velocidad en la que se genera el Precipitado determinará el tamaño de sus partículas y sus propiedades, frente a esto, se producen los siguientes tipos de Precipitado:
– Cristalinos: El más simple de todos, sus partículas sólidas son las más grandes, con un diámetro de 0,1 micrómetros o más. Este tipo de precipitado se genera cuando el proceso se lleva a cabo lentamente y sus partículas forman cristales grandes y pesados en el fondo de la solución.
– Caseosos: Este Precipitado tiene partículas más pequeñas, entre los 0,01 y 0,1 micrómetros de diámetro. Se genera cuando la reacción se realiza rápidamente, lo que produce que las partículas no tengan tiempo de crecer más. Éstas son muy livianas y quedan suspendidas en la solución, la cual toma un tono turbio.
– Gelatinosos: Aquí las partículas son aún más pequeñas, menores a los 0,01 micrómetros. Esto sucede cuando las partículas no pueden crecer debido a la gran cantidad de, por ejemplo, agua añadida, lo que genera un aspecto coloide o gelatinoso.
Algunos de los Precipitados más utilizados en los laboratorios de química son el Acetato de Sodio, Sulfuro de Cadmio, Sulfato de cobre, Bromuro de Plata, Óxido hidratado de aluminio, Sulfuro de manganeso, Cloruro de plata, Carbonato de calcio, Oxido hidratado de hierro y Hidróxido de magnesio, siendo este último el responsable de la dureza del agua de la red domiciliaria, ya que se forma en las tuberías y sistemas de calentamiento de agua.