La estabilidad y degradación de un producto alimenticio, a lo largo del tiempo, es un punto importante a considerar durante los procesos de control de calidad en la industria de alimentos.
Esto es clave no sólo cuando hablamos en términos de la integridad y estabilidad final de un producto, sino que también con respecto a los análisis de crecimiento bacterial y de vida útil de ese alimento.
Para realizar este análisis, el equipo adecuado y más utilizado es la incubadora, la cual ayuda en el cálculo de la vida útil de los alimentos. El rango de aplicaciones de este equipo es bastante amplio, abarcando desde productos lácteos, alimentos de soya, hasta alimentos procesados, así como también una gran variedad de fabricantes.
La incubadora es el equipo más adecuado para este proceso, ya que tiene un control completo y preciso de la temperatura que ofrece, junto con una alta capacidad de estabilidad para calentar o enfriar, lo que significa que, además, puede alcanzar un amplio rango de temperatura, todo en un mismo equipo de laboratorio.
El uso de la incubadora para el control de calidad de los alimentos también es una forma de asegurar un análisis consistente, ya que, en todo momento durante su funcionamiento, la distribución de la temperatura al interior de la cámara es 100% uniforme.