Los laboratorios de diagnóstico procesan de cientos a miles de muestras diariamente. Estas suelen ser extremadamente valiosas y contienen muestras de pacientes que no se pueden reemplazar. Los errores durante el procesamiento, particularmente cuando se trata de la identificación de muestras, representan una enorme carga para el sistema de atención médica, ya que es posible que sea necesario volver a extraerlas. Para los procedimientos invasivos, como las biopsias de tejido, el resultado es una carga financiera innecesaria, así como mayores riesgos de seguridad y estrés para el paciente. Es por eso que muchos laboratorios ya han integrado varias medidas de mitigación de errores, desde modelos de flujo de trabajo mejorados hasta métodos de alta tecnología para rastrear muestras.
Asegúrese de que las muestras estén debidamente identificadas en la recepción.
Para los laboratorios de diagnóstico, las muestras se obtienen de una variedad de fuentes, desde clínicas y hospitales hasta biobancos y otros depósitos. La clave del éxito es asegurarse de que todas las muestras acumuladas para la prueba ya estén suficientemente identificadas, idealmente utilizando etiquetas de código de barras. Aunque la RFID puede ser un método efectivo de identificación para muchos laboratorios, el uso de etiquetas RFID para el envío a menudo no es una solución perfecta, ya que depende de que el receptor tenga escáneres RFID para procesar las muestras. En cambio, es una buena práctica exigir que todas las fuentes de muestras entreguen sus paquetes marcados con un código de barras estandarizado. Esto significa que cada paquete recibido se procesa de la misma manera, con menos flexibilidad necesaria por parte del laboratorio de diagnóstico.
Usa las etiquetas correctas
Los kits de diagnóstico vienen en todas las formas y tamaños. Esto significa que también pueden ser necesarias muchas etiquetas diferentes durante el procesamiento. El mejor ejemplo es en los laboratorios de histología, donde las pruebas de diagnóstico involucran productos químicos agresivos como el xileno y otros agentes de limpieza que pueden arruinar fácilmente las etiquetas genéricas. Muchas empresas fabrican etiquetas para estas condiciones, que pueden identificar portaobjetos de microscopio, bloques de cera de parafina, recipientes de plástico, cajas de portaobjetos para almacenamiento en congelación y muestras incrustadas en resina.
El modelo del queso suizo
Este modelo se ocupa de los errores en medicina. Estipula que un enfoque de “manzana podrida”, en el que se señala al personal por los errores, es menos efectivo que cambiar sistemáticamente el flujo de trabajo en sí mismo, lo que hace que los errores sean menos probables. Puede ayudar a diseñar un laboratorio más abierto, donde los tecnólogos pueden hablar libremente sobre los errores, en efecto, esto evita que ocurran más tarde mediante la participación activa en el flujo de trabajo y los SOP y el desarrollo de estrategias para mitigar los errores antes de que ocurran, como la implementación de códigos de barras.