Las soluciones en el laboratorio, se estandarizan con el fin de determinar, de manera exacta, su concentración. Esto se realiza mediante sustancias específicas, llamadas estándares primarios.
El método mediante el cual se realiza esta estandarización se conoce como valoración volumétrica o titulación y se realiza por medio de técnicas clásicas o instrumentales, como la potenciometría o colorimetría. Durante el proceso de estandarización, la especie disuelta reacciona con un estándar primario pesado anticipadamente, por lo que se utiliza en él, balones volumétricos.
Un estándar primario es el carbonato de sodio, utilizado para estandarizar ácidos, como el ácido clorhídrico que se convierte en titulante para el hidróxido de sodio. De esta forma, se puede determinar la basicidad de una muestra. Los volúmenes del titulante, se añaden de manera continua, hasta lograr una reacción que tenga una concentración equivalente del analito. Esta reacción señala que se ha logrado el punto de equivalencia de la titulación, o sea, el titulante “neutraliza” al analito.
Esta estandarización es la obtención de un estándar secundario, el que sirve para determinaciones cuantitativas. Al conocer la concentración, se puede también conocer la concentración del analito una vez que ha sido titulado. Esto es especialmente útil cuando se requiere de una máxima precisión en la concentración de las soluciones, estandarizando tanto el titulante, como la solución a titular.
Las reacciones en las que se aplica la titulación son:
- Ácido-Base
- Óxido-reducción
- Precipitación
- Formación de complejos