Métodos para medir la turbidez en el laboratorio

La turbidez mide la opacidad o nebulosidad de un fluido. Es un análisis clave para la calidad del agua y es causada por partículas de variado tamaño que dispersan o absorben la luz y crean una apariencia opaca. La turbidez de una muestra aumentará en proporción de los sólidos sin disolver presentes.

La manera más simple y barata de medir la turbidez de una muestra es mediante un tubo de turbidez, que corresponde a un tubo con una cruz negra en la parte inferior y con la que el usuario simplemente puede verter la muestra líquida hasta que ya no sea visible la cruz negra. En este punto, se puede hacer una lectura de la escala graficada en su parte externa del tubo en unidades NTU.

Los discos Secchi funcionan con un principio similar: Un disco de color, montado en una línea, desciende lentamente en el agua y en el momento que ya no sea visible, el largo de la línea que ha ido bajando mide la turbidez en NTU.

Sin embargo, por más simples que sean estos métodos, no son capaces de medir puntos muy bajos de turbidez y no son muy precisos, recayendo esto en la consistencia de juicio del operador.

Para lograr una medición más precisa, existen medidores optoelectrónicos, los que emiten una intensidad conocida de luz a través de la muestra, la que es dispersada o absorbida por las partículas de la muestra, de tal manera que esta luz dispersada es luego detectada y medida para obtener una lectura de la turbidez. 

Con estos equipos, se puede realizar una clasificación de la medición de calidad del agua en dos métodos:

1- Nefelometría: Para aguas de baja turbidez o menos de 40 NTU, donde la luz esparcida es medida en un ángulo de 90°.

2- Turbidez aplicable para aguas altamente turbias, entre 500 y 1.000 NTU, las que están visiblemente opacas y son medidas en un ángulo de 180°.