Al seleccionar una Centrífuga que se ajuste a las necesidades de cada laboratorio, uno de los puntos claves a considerar es la velocidad máxima y si ésta es suficiente para las aplicaciones a realizar.
Estos equipos tienen dos medidas de velocidad, conocidas como RCF y RPM, y a pesar de que ambas pueden ser usadas de manera intercambiable, hay una serie de puntos importantes a destacar en cada medida.
RPM (Rotación por minuto): En palabras simples, este valor indica cuántas veces por minuto gira el rotor de la Centrífuga y no especifica la fuerza que se ejerce y puede diferir también basado en el radio del equipo. Si los métodos de cada ensayo detallan RPM, pero se está utilizando Centrífugas de diferente tamaño, una mejor opción será cambiar la unidad de medida a RCF, para asegurar que se esté aplicando siempre la misma fuerza.
RCF (Fuerza centrífuga relativa): Es también conocida como la Fuerza G y es una unidad de medida de la fuerza real que se está ejecutando. Se calcula utilizando los RPM y el radio de centrifugación, o sea, la distancia desde el centro del rotor hasta la base del tubo que está girando en el equipo.
Se puede calcular mediante la siguiente ecuación:
RCF o Fuerza G = 1.12 X Radio (mm) X (RPM/1000)²
Esta unidad de medida se puede aplicar a todos los tamaños de centrífuga posibles y la mayoría de los protocolos utilizados en los laboratorios requieren que se trabaje con RCF por este motivo.