A simple vista pueden parecer términos similares, pero estos dos procesos implican mecánicas totalmente diferentes, que pueden estar relacionadas, pero no significar lo mismo. Es por esto que, a continuación, detallamos qué es la Levigación y cómo se diferencia del Tamizado.
En pocas palabras, la Levigación consiste en pulverizar y suavizar una muestra granulada. Este es un método complementario al Tamizado y se lleva a cabo pulverizando una muestra sólida, para luego tratarla con disolventes en base a una diferencia de densidad. De esta forma, las partículas más livianas de la muestra quedarán en la superficie, mientras que las más pesadas se irán al fondo.
La Levigación se aplica principalmente en el proceso de separación de minerales que posean una alta concentración de rocas y otros elementos de menor valor. Se emplea en la preparación de muestras o arcillas, como primer proceso antes de realizar análisis posteriores. El material húmedo no se pulveriza, sino que simplemente se agita.
Por otro lado, el Tamizado, es un método físico, mediante el cual se separan muestras de distintos tipos que están mezclados. Las partículas se separan haciéndolas pasar por los poros del tamiz, donde las más pequeñas pasan y las más grandes son retenidas en la malla.
La efectividad del proceso de tamizado dependerá del tipo de muestra que se esté trabajando y de la intensidad de la agitación que se aplique en el tamiz durante el proceso.
Durante el proceso de tamizado, se separan las muestras desde sus partículas más gruesas, como las piedras, hasta las más finas, como lo son los pigmentos. De esta forma, se definen sus propiedades físicas y químicas. Las partículas se van eliminando de acuerdo a la abertura nominal del tamiz.