El tamizado es una práctica que no se realiza únicamente en el laboratorio, sino que es una actividad transversal que se puede aplicar a todo tipo de industrias, las que destacamos a continuación.
1- Alimentos.
Ingredientes base para la elaboración de alimentos, como los granos, harinas, azúcar, cacao y levadura, entre otros, deben ser tamizados para realizar un análisis granulométrico de estas materias primas, para un mejor control de la molienda y también para separar y remover ingredientes que se hayan aglomerado o agentes extraños que estén mezclados.
Gracias al tamizado, se puede obtener una materia prima de calidad, que esté libre de contaminantes y en las condiciones óptimas para la fabricación de un producto alimentario seguro.
2- Farmacéutica.
En la producción de insumos farmacéuticos, se utilizan una serie de tamices diferentes para asegurar su sanidad industrial e higiene. Estos instrumentos ayudan también a agilizar los procesos de control de calidad, además de entregar mejores resultados en seguridad.
Mediante el tamizado, se puede eliminar cualquier contaminación física de las materias primas, además de los procesos de seguridad de alto rendimiento de polvos y de fangos líquidos.
3- Minería.
En esta industria, el tamizado busca igualar los tamaños de los materiales en procesamiento, además de evitar la contaminación. Este proceso ayuda también a la sostenibilidad de la empresa, ya que promueve un producto final de calidad.
En minería, el tamizado coopera con la separación de materiales de diferentes tamaños, eliminando el polvo y partículas de tamaños no deseados, sobre todo en materiales mineros de alto valor como el oro, diamantes y mineral de hierro.
4- Construcción.
En esta industria, el tamizado, similar a lo que sucede en minería, se utiliza para separar el arena, eliminando las partículas de mayor tamaño. Adicionalmente, en el estudio de estructura de suelos, se utiliza el tamizado para determinar el tamaño de las partículas de éste.