En el campo del tratamiento de aguas, los ensayos de jar test o prueba de jarras son fundamentales para determinar la dosis óptima de coagulantes y floculantes. Para realizar estas pruebas con precisión, es indispensable contar con un floculador de laboratorio, también conocido como agitador de jarras o jar tester. Este equipo es clave en procesos de investigación, control de calidad y diseño de plantas de tratamiento.
¿Qué es un floculador de laboratorio?
Un floculador de laboratorio es un dispositivo utilizado para simular el proceso de coagulación y floculación en el tratamiento de aguas. Su diseño permite agitar varias muestras de agua simultáneamente y de manera controlada, con el fin de observar cómo se forman los flóculos (aglomeraciones de partículas suspendidas) tras la adición de productos químicos.
La prueba más común en la que se emplea este equipo es el jar test, donde se evalúa el comportamiento de diferentes coagulantes o floculantes en condiciones similares a las del proceso real en planta.
¿Cómo funciona un floculador de laboratorio?
El funcionamiento de un floculador es bastante sencillo pero altamente preciso. El equipo consta generalmente de:
- Un sistema de agitación multiposición, con paletas o hélices montadas en brazos verticales.
- Velocidades de agitación variables, que simulan las distintas fases del proceso: mezcla rápida (coagulación) y mezcla lenta (floculación).
- Temporizador digital, para controlar la duración de cada etapa.
- Iluminación inferior u opcional, para facilitar la observación del proceso de sedimentación.
Durante la prueba, se añaden los reactivos a cada jarra de muestra. Luego se programa la velocidad y el tiempo de agitación para reproducir las condiciones del proceso de tratamiento. Esto permite comparar diferentes productos, concentraciones y tiempos de contacto.
Aplicaciones del floculador de laboratorio
El floculador se utiliza principalmente en:
- Laboratorios de plantas potabilizadoras y de tratamiento de aguas residuales.
- Estudios de viabilidad técnica y económica de productos químicos.
- Evaluación de nuevas fuentes de agua.
- Desarrollo de procesos industriales que impliquen separación sólido-líquido.
- Educación y formación en ingeniería ambiental.
Gracias a este instrumento, es posible reducir costos operativos, optimizar el consumo de insumos y mejorar la eficiencia de los procesos de clarificación.

Características a considerar al elegir un floculador
Al buscar un floculador de laboratorio, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. Número de posiciones
Los modelos más comunes tienen entre 2 y 6 jarras. A mayor número, más pruebas simultáneas se pueden realizar.
2. Control de velocidad
Un buen floculador debe ofrecer control preciso de RPM, con rangos típicos entre 20 y 300 revoluciones por minuto.
3. Temporizador programable
Permite definir la duración de cada etapa del ensayo, lo que garantiza repetibilidad y precisión.
4. Pantalla digital y memoria
Algunos equipos incluyen interfaces digitales para facilitar el uso, guardar parámetros y mejorar la trazabilidad.
5. Compatibilidad con accesorios
Verifica si el modelo incluye vasos de prueba, paletas, iluminación o si permite integrarlos.
Ventajas de utilizar un floculador de laboratorio
- Reproduce condiciones reales de planta de forma controlada.
- Permite ajustar la dosis de coagulantes y floculantes para maximizar eficiencia y reducir costos.
- Minimiza errores en el diseño o ajuste de procesos.
- Favorece decisiones basadas en evidencia experimental.
El floculador de laboratorio es una herramienta imprescindible para quienes trabajan en el tratamiento de aguas, ya sea potable o residual. Gracias a este equipo, es posible optimizar los procesos de coagulación-floculación, reducir el uso de químicos y asegurar una mayor eficiencia en la remoción de sólidos. Si buscas mejorar la calidad del agua tratada y tomar decisiones más informadas en tu laboratorio o planta, invertir en un floculador es una excelente elección.











