Los entes reguladores internacionales han desarrollado lineamientos de Bioseguridad para clasificar las aplicaciones realizadas con microorganismos potencialmente peligrosos. Estos niveles van del 1 al 4, siendo este último el más peligroso.
Adicional a estos lineamientos, cada nivel tiene también su propias reglas sobre el tipo de precauciones y protecciones necesarias para mitigar el daño que puede resultar de la exposición a estos patógenos. Estos protocolos se usan en los laboratorios para equipos como el Gabinete de bioseguridad y los compartimientos con guantes.
Gabinetes de bioseguridad Nivel 1
Este nivel está especificado para el trabajo con agentes que son conocidos por no causar enfermedades en adultos sanos que no sean inmunodeficientes, por lo que no se requieren prácticas especiales de contención, pero aún así, se deben tomar medidas para reducir el riesgo en el personal de laboratorio.
Algunos microorganismos que pueden ser trabajados en este nivel son el Escherichia coli y otras bacterias no infecciosas como el Bacillus subtilis.
Pueden ser utilizados en laboratorios de enseñanza e investigación estándar y deben cumplir con las normas básicas como el uso de equipos de protección personal, lavado de manos y descontaminación de las superficies de trabajo. El Gabinete se utiliza en algunos casos para minimizar la exposición a muestras químicas o en el caso de derrames.
Gabinetes de bioseguridad Nivel 2
Este nivel está especificado para el trabajo que presente un riesgo moderado para el personal del laboratorio y el ambiente. La investigación o actividades de diagnóstico con bacterias patógenas como el Staphylococcus aureus o Salmonella cae en esta categoría. Se deben llevar a cabo todas las precauciones del nivel 1 y sumado a aquellas del nivel 2, destinadas a mitigar el riesgo para los operadores.
Algunos organismos microbianos que requieren ser trabajados en este Gabinete son el Staphylococcus aureus, Salmonella, Herpes Simplex, Adenovirus y VIH y los laboratorios que los manipulan son generalmente los establecimientos de salud primarios y laboratorios de investigación.
Los operarios deben utilizar elementos de protección personal y el acceso al área donde se está trabajando debe ser restringido, para evitar el riesgo de exposición a patógenos en aerosol.