Se cree que la agricultura de secano tal como la conocemos comenzó en el siglo XIX. Pero en el siglo XX, muchos agricultores comerciales comenzaron a depender del riego para capturar mercados en crecimiento. La agricultura de secano ha sido una técnica ingeniosa y creativa para cultivar en áreas con riego o lluvia mínimos. Les permite sobrevivir en circunstancias impredecibles.
En la actualidad, mientras algunos agricultores lidian con la escasez de agua que se ve exacerbada por el aumento de las temperaturas y las sequías más frecuentes e intensas vinculadas al cambio climático, la agricultura de secano se está convirtiendo una vez más en una opción popular y viable.
La agricultura de secano es una forma de agricultura que no requiere riego. Mediante el uso de técnicas de conservación del suelo, la agricultura de secano permite a los agricultores capturar y retener la humedad de las lluvias estacionales, lo que les permite cultivar una variedad de cultivos que incluyen tomates, papas, calabazas, maíz e incluso sandías. La agricultura de secano no solo es una forma eficaz de conservar el agua, sino que también puede producir cultivos más sanos, más sabrosos y más ricos en nutrientes que los que se cultivan con riego
La agricultura de secano es un proyecto complejo que requiere métodos apropiados para aprovechar al máximo la humedad limitada del suelo. Para garantizar que sus cultivos obtengan toda la humedad que necesitan, los agricultores emplean una variedad de técnicas para maximizar su cosecha.
Las técnicas de cultivo de secano incluyen:
- Plantar antes de lo habitual en la temporada para beneficiarse de la humedad del suelo preservada de las precipitaciones invernales
- Colocar las plantas más extendidas para dar a las raíces más espacio para el agua
- Sellar la humedad al labrar el suelo después de la cosecha
- Mantener el suelo libre de malezas
- Mejorar la calidad y la salud del suelo
Los agricultores de las tierras secas necesitan medir la humedad del suelo para garantizar las condiciones óptimas para la agricultura deseable. Demasiada o muy poca humedad puede tener un impacto negativo en muchas funciones del suelo, creando un entorno poco atractivo para los microorganismos que viven en él. Un contenido excesivo de agua afecta la transferencia de nutrientes, mientras que una cantidad insuficiente de humedad puede afectar la calidad del suelo, y la mala calidad del suelo conduce a malas cosechas.
El método gravimétrico es una técnica común utilizada para medir el contenido de humedad del suelo. Funciona pesando una muestra de suelo antes y después de que se haya secado. La diferencia de peso entre las muestras húmedas y secas determinará el contenido de humedad. Esta técnica ofrece resultados precisos y fiables.