Existen muchos tipos de hornos para laboratorios e industria. La elección correcta de estos equipos debe estar en función de la temperatura máxima a la que se debe trabajar.
Los hornos de secado suelen estar diseñados para temperaturas de hasta 300 grados centígrados y la cámara interior está hecha de acero inoxidable y la transferencia de calor se realiza mediante un flujo natural de aire o mediante un soplador.
Las Muflas son aptas para 500 grados y hasta 1800 grados y funcionan mediante transferencia de calor en radiación.
Los hornos de secado están diseñados para calentar, secar, endurecer, esterilizar materiales y piezas. En el proceso de secado de materiales, entra aire fresco a través de los elementos calefactores y sale aire húmedo. El soplador produce uniformidad de temperatura dentro del horno al disipar el aire caliente.
Algunas de sus funciones principales son:
- Materiales de secado.
- Extracción de grandes cantidades de agua: secado costoso, huevo, etc.
- Secado y endurecimiento en procesos de recubrimiento y fundición.
- Secado y esterilización de platos.
- Calentamiento y relajación de piezas en procesos de montaje.
- Esterilización de herramientas y piezas.
- Procesos de flasheo de piezas.
- Prueba de calentamiento de la jarra de productos electrónicos o médicos, pruebas de la influencia del calor.
Las Muflas de laboratorio pueden alcanzar hasta 1800 grados. La transferencia de calor se realiza por radiación. Por lo tanto, este equipo no es adecuado para trabajar a bajas temperaturas de hasta 300 o 400°C, a estas temperaturas el elemento calefactor aún no brilla.
Se pueden encontrar varios usos para las Muflas en la industria. Proporciona calentamiento continuo para procesar muestras y materiales. Al elegir estos equipos, tenga en cuenta: Temperaturas de proceso y si se necesita un programador para crear un perfil de temperatura.
Las Muflas de laboratorio están diseñados para:
- Tratamientos en metales, cerámica, vidrio.
- Tratamientos térmicos
- Quema de materiales orgánicos y plásticos.