Un molino de laboratorio es un equipo indispensable en la tarea de análisis de muestras, ya que la trituración y homogeneización de un elemento es necesaria para su correcta examinación física y química.
Es así como el molino correcto para cada tipo de material será la clave para obtener resultados exactos y confiables. Los tipos más comunes de molinos son:
- Molino de Bolas: Este molino muele y mezcla materiales y su uso no se limita sólo al laboratorio, sino que es utilizado en todo tipo de industrias. Su método de impacto y fricción permite moler de manera seca, húmeda y criogénica en cosa de segundos. Es ideal para la ruptura de células biológicas.
- Molino de Corte: Está capacitado para moler, de manera primaria, elementos blandos, semi-duros, elásticos, tenaces y fibrosos, además de mezclar muestras heterogéneas. Este molino funciona con la técnica de corte y cizallamiento.
- Molino de Cuchilla: Este equipo es ideal para la molienda y homogeneización de alimentos y pellets. Sus cuchillas intercambiables lo hacen altamente compatible para triturar elementos fibrosos, secos, blandos y semiduros, además de homogeneizar aquellos con un alto contenido de agua y grasa.
- Molino de Disco: Con sus discos vibratorios, este molino es capaz de realizar una molienda ultra-fina y sin pérdidas, de elementos duros, semiduros, frágiles y fibrosos, siendo estos de grado analítico luego de procesadas. Está muy recomendado para realizar análisis espectrales.
- Molino de Mortero: Ideal para triturar muestras en polvo, suspensiones y pastas altamente viscosas. Generalmente es utilizado para la preparación de muestras reproducibles para análisis posteriores. Éste es un sustituto más eficiente para el mortero manual clásico.
Es así como un molino de laboratorio permiten la preparación cuidadosa y sin contaminación de muestras de laboratorio aptas para análisis.