El agua destilada es un elemento muy utilizado en el laboratorio y se caracteriza por tener un mínimo o nada de minerales. Esta es un agua extra pura y puede ser también bidestilada, realizando un doble proceso de destilado para eliminar iones como cloruros, magnesio, calcio y fluoruros, además de otros metales como amonio, sales de amonio, materia oxidable y ácido carbónico.
El proceso de destilación del agua se puede realizar con una variedad de métodos, siendo el más utilizado la vaporización y posterior condensación selectiva, para así separar las fases sólidas o líquidas que estén presentes en el agua, que pueden ser microorganismos o posibles contaminantes disueltos.
Esta agua destilada no es apta para el consumo humano, ya que no posee los electrolitos y sales minerales necesarios para la hidratación de las personas. En cambio, sí es un elemento esencial para procesos tanto en laboratorios como a nivel industrial.
En el laboratorio, el agua destilada se utiliza en investigaciones para la fabricación de cosméticos y reactivos analíticos, también para mezclas que exigen márgenes altísimos de incontaminación en el agua, o que precisan sus propiedades aislantes y diamagnéticas.
A nivel industrial, el agua destilada se utiliza para la fabricación de baterías, en la industria del vidrio y cristales, también como base para la producción de alimentos y bebidas. Así como como agua circulante y de enfriamiento para máquinas CNC, las que se utilizan en la fabricación de matrices, moldes de inyección, piezas, etc.
Por otro lado, el agua bidestilada, se utiliza en el laboratorio como solvente para la creación de medicamentos de uso parenteral y para la preparación de soluciones hipoosmolares. También en la alimentación de equipos de diálisis, aplicaciones de síntesis y química analítica, aplicaciones de ozono, elaboración y preparación de reactivos en laboratorios y sistemas de refrigeración.