La limpieza ultrasónica se utiliza en variadas aplicaciones para remover contaminantes de manera efectiva y eficiente, tales como suciedad, grasa y otros residuos de componentes y productos. El Baño Ultrasónico se puede usar para limpiar instrumentos o también para emulsificar.
Estos equipos funcionan mediante presión de alta frecuencia u ondas de sonido, para agitar un líquido, ya sea agua o un solvente, y así crear burbujas de cavitación. Estas burbujas poderosas golpean los contaminantes que se han adherido a las superficies y los remueven, limpiando profundamente el instrumento que está sumergido.
En la mayoría de los casos, el Baño Ultrasónico limpia los contaminantes de manera más rápida y segura que realizando limpieza manual. Este método se ha aplicado en todo tipo de industrias para limpiar instrumentos quirúrgicos, joyería e incluso inyectores de combustible para automóviles.
Entonces ¿Necesito un Baño Ultrasónico en mi laboratorio?
La respuesta a esta pregunta dependerá de la aplicación que se requiera. Algunos residuos, como la sangre o el tejido en instrumentos quirúrgicos, se endurecen cuando la temperatura aumenta y esto puede ser más difícil de limpiar. Con un Baño Ultrasónico, se recomienda remover este tipo de contaminación a temperaturas bajo los 40°C. Algunos componentes eléctricos, como placas de circuitos, pueden deformarse si se someten a altas temperaturas y por esto, también requieren bajas temperaturas para prevenir el daño a componentes delicados.
El calor se crea como un subproducto natural de la limpieza ultrasónica. Cuando las burbujas de cavitación se implosionan, crean ondas de choque que a su vez, generan altas temperaturas. Debido a que estas burbujas son de tamaño microscópico, el calor se disipa rápidamente, pero durante ciclos largos, la temperatura de la solución de limpieza puede subir hasta los 60°C si el equipo está funcionando de manera continua. Esto debe tomarse en cuenta si el calor afecta negativamente los productos que se quieran limpiar.
Un Baño Ultrasónico calefaccionado se recomienda para usos como remover suciedad o grasa. El calor ayuda a que la solución de limpieza sea más efectiva, haciéndola menos viscosa, lo que ayuda a la formación de burbujas de cavitación, además, ayuda a remover burbujas de aire atrapadas, para una limpieza más profunda. Cada solución de limpieza tiene su propia temperatura recomendada.
Subir demasiado el calor puede hacer que la limpieza sea menos eficiente, la actividad de cavitación disminuye a medida que el calor aumenta, por lo que debe haber un balance entre estos dos factores, así como también en el seteo de temperatura del equipo junto con el calor generado por la cavitación.
Finalmente, el calor no siempre es la mejor vía para una limpieza eficiente, el uso de calor debe ser determinado por los productos que se van a limpiar y a menudo, indicada por la solución de limpieza recomendada para cada aplicación.