Transportar químicos y materia orgánica fríos o congelados, entre un chiller de un laboratorio y otro, es siempre un desafío. Sin embargo, debido al espacio limitado de algunos establecimientos, esto es una parte necesaria de la rutina diaria. Este procedimiento puede ser dañino para los reactivos y material biológico, debido a los efectos que tiene la fluctuación de la temperatura en la estabilidad de estos compuestos.
Un chiller de menor tamaño para usar en sobremesa es una buena alternativa, ya que están diseñados para establecimientos con menor espacio de trabajo y pueden ser usados, por ejemplo, en aplicaciones de biología molecular, para criopreservar microorganismos y bibliotecas de genomas de ADN, entre otras aplicaciones.
Instalado directamente en el área de trabajo del operario, se reduce la necesidad de utilizar sistemas de almacenamiento externo para trabajos de rutina. De esta forma, se disminuyen los riesgos asociados al transporte de productos congelados. Estos equipos están disponibles en una variedad de tamaños compactos, de hasta 35 litros y con temperaturas que pueden alcanzar los -85°C. Este tipo de chiller se puede adaptar a la mayoría de los mesones de trabajo y ofrecen una alternativa eficiente en costos y amigable con el medio ambiente para el almacenamiento de pequeñas cantidades de muestra.
Beneficios:
– Ocupa un mínimo de espacio gracias a su diseño compacto
– Equipo de trabajo silencioso
– Eficiencia energética
– Confiabilidad para el almacenamiento de muestras gracias a su sistema de monitoreo y alarmas
– Bajas exigencias de mantenimiento