Una solución buffer o tampón de PH, es acuosa con valores de PH muy bien definidos y con una capacidad de buffer para mantener el PH incluso cuando le sean añadidas pequeñas cantidades de ácidos o bases.
Con un valor de PH conocido, las soluciones tampón pueden ser utilizadas como un estándar para calibrar medidores de PH y de esta forma, mantener mediciones a lo largo del tiempo que sean precisas y confiables. Para que estas afirmaciones sean siempre ciertas, hay que asegurarse que las soluciones buffer estén dentro de sus fechas de caducidad y no estén alteradas por la temperatura o contaminación.
Algunos de los puntos a tener en cuenta al momento de seleccionar una solución buffer, es que posean una fecha de expiración impresa y fija en la botella, para que ésta pueda ser visible incluso luego de abierta y utilizada varias veces. Esto significa que los operarios del laboratorio pueden saber exactamente cuando la solución tampón se mantiene oficialmente precisa para su uso y cuándo es más óptimo reabastecerla.
Estás soluciones que vienen ya listas, están calibradas a 20°C y 25°C. La temperatura ambiente puede alterar los resultados de las lecturas de PH. En la solución, a medida que la temperatura aumenta, los enlaces que sostienen los protones se rompen, ya que las mediciones de PH se basan en la concentración de H+ libre en la solución, esto significa que el PH de ésta aumentará. Tener un ambiente con temperaturas constantes, cercanas a los 20° y 25°C, ayuda a que el buffer se mantenga en sus concentraciones establecidas.
Finalmente, se recomienda adquirir soluciones buffer que sean rastreables por las regulaciones y certificaciones regionales. Es necesario asegurarse de que estas soluciones sean precisas en ± 0.01 si las condiciones son las correctas y las soluciones no se han contaminado. Esto puede ser evitado si se utiliza un segundo contenedor para transferir la solución al medidor, en vez de pipetearla directamente desde la botella, arriesgando la transferencia de contaminantes.