Al elegir un microscopio gemológico para realizar pruebas de diamantes es importante comprobar:
1- La calidad de la óptica: La calidad de los lentes es fundamental para el trabajo.
2- Profundidad de enfoque: Si la profundidad de enfoque es mayor, entonces el trabajo será más cómodo y no requerirá jugar con el enfoque. En lentes de calidad la profundidad de campo es grande y permite al gemólogo sumergirse en la profundidad de la piedra sin tener que hacerlo. Ajústelo con las ruedas de enfoque. La profundidad de enfoque disminuye al incrementar el aumento, así que verifique la calidad de la profundidad de campo con un aumento alto. Un gemólogo que trabaja muchas horas durante el día con un microscopio, se cansará y disminuirá su rendimiento cuando la profundidad de enfoque es pequeña.
3- Campo de visión: Si el campo de visión es mayor, será posible ver áreas más grandes en un plano de la piedra.
4- Iluminación: La iluminación fluorescente superior le permitirá comprobar el cepillado de la piedra y localizar superficies en las pastas de la piedra que se “quemaron” al pulir sin brillo y que es necesario volver a cepillarlas. La iluminación halógena o LED mediante obturador de enfoque permitirá al gemólogo dirigir la iluminación a áreas definidas en la piedra. Localizar defectos, perforaciones, rellenos y similares.
5- Ergonomía: Un gemólogo pasa muchas horas e incluso días enteros mirando un microscopio gemológico. Es importante que el cuello y los hombros no duelan por el esfuerzo al final del día. La estructura del microscopio debe ser ergonómica y poder apuntar en todos los ángulos posibles.
6- Conexión de cámara: Conectar un microscopio gemológico a la cámara le permitirá fotografiar piedras para cargarlas en la web o enviarlas por correo electrónico.