Una incubadora de CO2 es un equipo de laboratorio que se utiliza para mantener las condiciones óptimas para el crecimiento y desarrollo de células, tejidos o microorganismos. Las condiciones mantenidas dentro de una incubadora generalmente incluyen control de temperatura y regulación de la concentración de dióxido de carbono (CO2). Este tipo de incubadora crea un ambiente que imita la temperatura corporal y el mismo nivel de dióxido de carbono que se encuentra en un cuerpo humano sano. Se utilizan para cultivar células, tejidos y otros tipos de cultivos que deben protegerse de influencias como cambios de temperatura, presencia de aire o exposición a la luz o al oxígeno.
El interior de una incubadora suele estar revestido con estantes cubiertos con revestimientos o superposiciones de plástico en los que se pueden colocar las muestras durante el procesamiento. Estos revestimientos protegen las muestras y contienen cavidades que permiten que el flujo de aire pase debajo o alrededor de cada muestra de manera uniforme. El cuerpo de la incubadora suele estar fabricado con acero inoxidable no corrosivo, por lo que las muestras están protegidas de los efectos dañinos de la humedad y otros contaminantes que pueden afectar la calidad de la muestra. Las incubadoras de CO2 utilizan limpieza automática con lámparas UV o de calor para su saneamiento. La temperatura óptima dentro de una incubadora es de 4 a 50 grados centígrados.
Los tipos más comunes son:
Incubadoras de CO2 de calor directo: Brindan condiciones casi perfectas porque no tienen partes móviles ni sistemas de baño de agua, lo que las hace más confiables que otras incubadoras. Aunque estas incubadoras producen aire caliente sin humedad adicional, no son adecuadas para aplicaciones con altos niveles de humedad. Las incubadoras de calor directo son ideales para realizar procedimientos como lisis y congelación de muestras, que requieren eliminar el exceso de agua de las muestras antes de la liofilización.
Incubadoras de CO2 con camisa de agua: Son el tipo más popular de incubadora de laboratorio. Están cerrados y vienen con estantes intercambiables. El agua circula a través de una cámara hueca para mantener la temperatura dentro de la incubadora, de modo que el calor generado por las muestras se transfiera para enfriarlas de manera eficiente. Estos tipos de incubadoras se pueden utilizar para cultivos de células y tejidos, aplicaciones microbianas y fines de investigación generales.
Las incubadoras suelen utilizar un sistema de disipación de calor con agua o aceite para regular la temperatura. La otra opción es utilizar un elemento calefactor eléctrico para mantener la temperatura. Se utilizan un compresor y un refrigerante para controlar la humedad dentro de la incubadora. Se agrega CO2 a la incubadora en una cantidad preestablecida que ayuda a mantener las condiciones óptimas para el desarrollo celular. Un sistema atomizador o un depósito de agua mantiene constante la humedad dentro de la incubadora.
Mantener la cantidad adecuada de niveles de CO2 en la incubadora es muy importante para el crecimiento adecuado de las células. El CO2 es fundamental para el éxito del cultivo celular y mantener las condiciones ideales es esencial para evitar la contaminación. El nivel óptimo de CO2 debe estar entre el 20 y el 30%.
Determine si la incubadora de CO2 es adecuada para su investigación porque se utilizan diferentes incubadoras para mantener diferentes condiciones. Por ejemplo, si usted es un embriólogo que trabaja con óvulos humanos, entonces una incubadora de CO2 diseñada específicamente para la investigación de embriones humanos es la mejor opción porque proporcionará condiciones óptimas para sus muestras.