Todo sobre el reposicionamiento de fármacos

Una costumbre muy habitual en los laboratorios es el reposicionamiento de medicamentos o repositioning, el que consiste en el uso comercial de un fármaco para un fin distinto para el que fue investigado o aprobado.

Esta práctica se realiza también en medicamentos que han sido retirados del mercado por baja eficacia u otras indicaciones o fármacos aprobados pero que nunca terminaron alguna fase de los ensayos clínicos, por lo que nunca llegaron a comercializarse. 

El reposicionamiento de fármacos ha tomado cada vez más protagonismo en la industria farmacéutica debido principalmente a la baja constante que se ha visto en los últimos años del lanzamiento de nuevos medicamentos, esto comparado con el siglo XX. Los laboratorios continúan constantemente investigando nuevos medicamentos, pero son cada vez menos los que llegan al mercado con resultados favorables.

Esta tendencia, sumado al alto costo de la creación de un medicamento desde cero, ha llevado a los laboratorios a invertir en investigaciones para nuevos usos de medicamentos ya aprobados, lo que los hace también más eficientes en tiempo y se comienza de una base en la que ya se conocen los efectos adversos, reacciones y resultados de su investigación inicial.

Otra práctica usual y relacionada al reposicionamiento, es el off-label, la cual consiste en administrar a un paciente, un medicamento que no ha sido aprobado para ese uso. Esto se realiza sobre todo en enfermedades poco comunes, que sólo presenta un grupo reducido de la población, por lo que los laboratorios no han desarrollado medicamentos para ello y se recurre al off-label para ayudar a estos pacientes en términos de ahorro de tiempo y dinero.

En el laboratorio, el método para este reposicionamiento, es que se emplea la bioinformática para buscar nuevos usos para el medicamento. Utilizando programas informáticos, se buscan similitudes en las estructuras y funciones de proteínas de enfermedades con medicamentos ya conocidos. Aunque muchas veces también, el reposicionamiento ocurre “por casualidad”, cuando los investigadores, al observar ciertos efectos secundarios, deducen que éste puede ser beneficioso para otra enfermedad.

Algunos ejemplos de medicamentos reposicionados es el Viagra, el cual inicialmente fue investigado para el uso en problemas cardíacos como la angina de pecho o la hipertensión pulmonar. Similar es el caso de la Duloxetina, el cual se utiliza en el mercado como antidepresivo, pero fue inicialmente aprobado para el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo.