En las industrias lácteas y ganaderas, se realiza un procedimiento, mediante un refractómetro, que asegura que los productos que se vayan a procesar sean seguros desde el principio. Esto comienza en el momento en que un ternero nace y debe recibir desde la madre las inmunoglobulinas o anticuerpos necesarios para que no sea susceptible a enfermedades infecciosas que le provoquen una muerte temprana. Este proceso natural se llama transferencia de inmunidad pasiva y se produce durante la primera semana de vida del ternero.
La inmunidad pasiva la recibe el ternero al consumir una cierta cantidad de calostro durante sus primeros días de vida, de no consumir la cantidad necesaria, se producirá una falla de transferencia pasiva, lo que le provocará enfermedades e incluso la muerte.
Para evitar que esto suceda, al ternero se le realizan una serie de pruebas para determinar si ha recibido la inmunidad adecuada. El método más rápido y económico para realizar esto es mediante un refractómetro, con el cual se puede determinar la proteína total presente en el suero sanguíneo, en la primera semana del nacimiento del ternero. La concentración de proteína total en el suero está directamente relacionada con la concentración de inmunoglobulina en el suero sanguíneo del ternero.
De esta forma, el refractómetro mide la cantidad de luz que se refracta a medida que pasa a través de una muestra de suero. Cuanto mayor sea la concentración de proteína, más refracción de la luz se produce. Algunos refractores tienen la capacidad de escala para el análisis de proteínas totales, las cuales se miden en gramos por cada 100 ml.
Para la medición, se debe calibrar correctamente el refractómetro y luego agregar algunas gotas de agua destilada en el cristal. Tras verificar que la escala del equipo esté en cero con la medición de agua, se puede ahora examinar muestras del suero sanguíneo del ternero, dirigiendo el refractómetro hacia una fuente de luz.