Los recicladores de chatarra tienen que basarse en las tecnologías más avanzadas para poder seleccionar los diferentes tipos de metal de manera precisa, incluyendo también los contaminantes o elementos nocivos que deben ser identificados para poder así entregar un producto de calidad a quien compra este metal reciclado, además de asegurar la seguridad de sus trabajadores, cumplir con las normas regulatorias y mantener la integridad de su negocio.
Para cumplir con todo lo mencionado, hemos seleccionado una serie de buenas prácticas para así obtener lecturas precisas al analizar y clasificar los metales:
1- Moler limpio: Hay que tener cuidado con los revestimientos, enchapados y pintura residual. Hay una gran cantidad de revestimientos de Níquel en elementos de Hierro y un analizador de Fluorescencia de Rayos X (XRF) es capaz de identificar el Níquel puro incluso si el revestimiento no ha sido removido. La pintura también interfiere con la química y puede causar que una aleación no sea identificada. Ocurrencias naturales también pueden interferir, sobre todo en metales que han estado expuestos a los elementos, es por esto que es necesario remover todos los rastros de corrosión, capas de óxido y descamaciones y sobre todo, materiales como sellantes y gomas deben ser completamente removidos.
2- Separa las capas: Analizar cada capa de metal por separado es vital, ya que puede haber plomo atrapado o partes electrónicas de cobre en el interior.
3- Nada se desecha: Las cantidades recuperables de Platino, Paladio y Rodio en un convertidor catalítico puede variar entre 1 y 2 gramos para un auto pequeño y entre 12 y 15 gramos para un camión grande. Para evitar pérdidas financieras importantes, hay una ventaja considerable en tener la habilidad de determinar rápida y precisamente los contenidos de estos elementos en convertidores catalíticos desechados que se deseen reciclar.
4- Realiza mediciones más largas: Aleaciones con especificaciones muy parecidas pueden ser mostradas como iguales en un análisis. Una lectura más larga, de 5 a 10 segundos, puede proveer la precisión necesaria para separar correctamente.
5- Cuidado al momento del análisis: Pequeños bordes filosos o rotos pueden dañar el equipo de XRF, resultando en altos costos de reparación. Los polvos también pueden pegarse en las partes del analizador, interviniendo en las subsiguientes lecturas e incluso los humos que se producen al momento de soldar pueden interferir en el análisis.