El Baño Termorregulado es un equipo que está presente en cada laboratorio y viene en tipificaciones tan variadas, que es necesario saber exactamente el tipo de Baño que necesitamos para así poder darle el uso correcto y sacarle el máximo provecho posible a la inversión realizada en él.
En términos generales, un Baño Termorregulado es utilizado en el laboratorio para calentar o enfriar muestras líquidas en tubos de ensayo o cualquier recipiente que le permita mantener una temperatura constante en el medio. Son equipos ideales para materiales que no pueden ser expuestos al calor directo, como sucede con las incubadoras, hornos o calentadores, al trabajar con líquidos inflamables o muestras biológicas.
El primer punto y el más importante, al considerar la compra de un Baño Termorregulado, es el rango de temperatura que posee el equipo. Un Baño de agua, básico, puede alcanzar temperaturas de entre los 30°C y 100°C. Un Baño frío o caliente, permitirá establecer temperaturas por sobre o bajo la temperatura ambiente.
Otro ítem importante a considerar es la uniformidad y estabilidad de la temperatura del Baño que se está adquiriendo. Un Baño Termorregulado con circulación es el equipo con mejor uniformidad de la temperatura en todo los rincones del Baño.
Finalmente, hay que considerar las dimensiones del Baño que se va a elegir para el laboratorio, ya que este debe ser suficiente como para la cantidad de muestras que se van a posicionar dentro del Baño. Adicional a esto, el laboratorio debe contar con suficiente espacio para instalar el Baño dentro del espacio de trabajo, sin que esto afecte la seguridad de los operarios y de las muestras que se estarán trabajando.
Una vez establecidas las necesidades del laboratorio y las muestras, se puede proceder a obtener un Baño Termorregulado, ya sea con circulación, agitación, ultrasónico o magnético, según se requiera.