La salinidad corresponde a la cantidad de sal disuelta en una solución acuosa o simplemente en el agua. Esto se mide con el propósito de verificar la calidad del agua que se está utilizando en el laboratorio o como método de control de contaminación y seguridad para aguas de riego o de la red domiciliaria.
Pero la salinidad no es una propiedad única de las soluciones acuosas o las fuentes de agua, sino también de los suelos, lo cual también puede afectar a los productores agrícolas o ganaderos. Es por esto que es importante medir y controlar esta variable, lo cual se puede realizar con un mismo equipo, tanto para el agua como para suelos.
Con un mismo equipo de laboratorio se puede medir la conductividad, la salinidad, sólidos disueltos totales y la temperatura del suelo y/o de una solución acuosa. Lo cual permite realizar control de calidad en las fuentes de agua, antes de realizar procesos de purificación, así como también conocer la fertilidad del suelo.
Adicional a la salinidad, conocer otros compuestos presentes en el agua, como lo son el sodio, potasio, cloro, magnesio o vestigios de material orgánica e inorgánica, permite alivianar la tarea de los operarios del laboratorio, además de permitir realizar comparativas de estos valores en tiempo real, lo que agiliza aún más los procesos operativos en el laboratorio.
Algunos beneficios de un medidor de salinidad del agua es la visualización simultánea de los valores de conductividad, salinidad, sólidos disueltos y temperatura. Además, toda la información de calibración del equipo queda guardada para ser usada de manera rápida y práctica cuando se necesite.