En el laboratorio de química, la Probeta es un instrumento clave para la precisión en las mediciones de reactivos o simplemente un líquido necesario para el ensayo. Este recipiente de medición está presente en todos los laboratorios y consiste de un cuerpo cilíndrico y delgado, generalmente de vidrio transparente, lo que facilita la visualización de las medidas.
La Probeta trae marcas para medición que son calibradas por cada fabricante en base a mediciones volumétricas reales. Su base hexagonal le permite mantenerse firme en una superficie, sin necesidad de utilizar un soporte externo. Su capacidad de volumen es bastante versátil, con versiones que van desde los 5 ml hasta un litro.
Como mencionamos anteriormente, este instrumento es ampliamente utilizado en laboratorios de química y biología, en los que se requiere de una mayor precisión en la medición de líquidos. Su diseño largo y con diámetro acotado ayuda a que esta medición sea más exacta.
Un tipo de Probeta es el Cilindro mezclador, el cual tiene un tapón, lo que permite medir y mezclar de manera precisa dos líquidos, agitándolos de manera manual o en un agitador automatizado.
Para poder leer la medición de una Probeta de manera correcta, se debe tener en cuenta que este instrumento provoca una distorsión de la superficie del líquido, debido a la depresión cóncava de la superficie. Por lo que, al momento de observar el nivel del líquido en el interior, se debe hacer coincidir su nivel con la marca graduada más cercana, idealmente, con la parte inferior del menisco, debido a la distorsión anteriormente señalada.
Tomando estas precauciones, el margen de error en la lectura se puede disminuir considerablemente, aunque no eliminarlo por completo. De esta forma, la lectura no se distorsionará por efecto de la tensión superficial.