El horno de laboratorio se utiliza en un amplio rango de aplicaciones en industrias tan variadas como la biotecnología, farmacéutica y manufactura. Estas industrias a menudo requieren realizar los procesos de horneado, curado, recocido y secado de materiales de composiciones químicas y físicas variadas. Muchos de estos procesos son únicos en su resultado final y requieren de distintos tipos de hornos de laboratorio.
Algunos de los procesos más realizados con Hornos de laboratorio son:
En el proceso de horneado, se logra calentar una sustancia sin deshidratarla. Los laboratorios farmacéuticos, de manufactura y ciencias materiales se beneficiarán de este tipo de Horno.
El curado endurece la composición química de una sustancia mediante una combinación de secado y horneado. Este proceso se utiliza en la manufactura de epóxidos, pegamentos, plásticos y goma en la investigación de polímeros y fabricación de nanotecnología y semiconductores.
En el recocido, el material se calienta, luego se enfría para desarrollar su ductilidad, como sucede con el vidrio o acero. Este proceso tiene una variedad de aplicaciones en metalurgia y manufactura de instrumentos médicos, utilizando hornos de altas temperaturas para ello.
El secado, una práctica usual para hornos de laboratorio, remueve la humedad de la muestra, esto se realiza con hornos de convección por gravedad, aire forzado y vacío en laboratorios medioambientales, biológicos y clínicos.
Las aplicaciones estándar para un horno de laboratorio incluyen la aplicación de calor y secado de instrumentos de vidrio o esterilizado de equipamiento. También son utilizados para testear la tensión, deformación y resistencia de productos manufacturados. Adicionalmente se pueden realizar pruebas en productos electrónicos, circuitos integrados, soldaduras, uso prolongado de productos y la catalización de reacciones químicas.