El agua es conocida como el solvente universal, ya que es capaz de disolver una gran variedad de solutos diferentes. Es esta misma capacidad la que también le otorga ciertas dificultades al momento de utilizarla como solvente.
A pesar de conocerse como el solvente universal, el agua no es capaz de disolver el 100% de los elementos, sino que únicamente aquellos con sustancias que se le parezca en su composición o que compartan algunas características con el agua.
A continuación, los peligros más latentes de utilizarla como solvente:
1- Contaminación.
La capacidad del agua de disolver elementos, es también su mayor desventaja, ya que es capaz de disolver sustancias nocivas para la salud y el medio ambiente, como metales pesados, sustancias venenosas y toxinas producidas por bacterias y seres vivos.
El agua también suele arrastrar contaminantes desde los suelos y superficies, como sucede con los pesticidas o el agua de lluvia y riego.
Es por este motivo que el agua fresca, encontrada en la naturaleza, no siempre es apta para el consumo humano.
2- Salinidad.
La Tierra está cubierta de agua en tres cuartas partes, pero gran parte de ésta es salada, lo que no la hace apta para consumo humano. El motivo de esta salinidad también es debido a su alta solubilidad del cloruro de sodio y otros compuestos iónicos.
3- Purificación.
Su alta solubilidad la hace muy difícil de purificar, ya que remover los solutos resulta muy difícil y consume demasiada energía, además de ser costoso, por la necesidad de equipos especializados, dependiendo de la pureza que se requiera. Lo mismo sucede para la remoción de metales pesados, sulfatos y otros iones.