Trichoderma: El hongo que ha revolucionado la biotecnología

La búsqueda de la sostenibilidad en industrias tan importantes como la agrícola, farmacéutica y producción de combustibles, cobra cada vez más importancia y la bioeconomía se ha transformado en la nueva tendencia para lograr este objetivo. El uso de agentes biológicos y otros bioinsumos como la Trichoderma es un ejemplo de esto.

La Trichoderma tiene innumerables cepas, utilizadas como agentes de control biológico, que han sido altamente estudiadas y utilizadas como agentes de control para enfermedades y plagas en cultivos, ya que actúa sobre la descomposición de la materia orgánica, es antibiótico, promueve el crecimiento e induce la resistencia. 

Este es un hongo invasor, con una gran capacidad para colonizar la zona en la que las raíces y el suelo entran en contacto, además de poder asimilar una gran cantidad de sustratos y producir compuestos antimicrobianos. De esta forma, la Trichoderma es capaz de controlar enfermedades provocadas por otros hongos presentes en el suelo, además de promover el crecimiento de la planta y favorecer la solubilización de los nutrientes.

También es ampliamente utilizado en la producción de enzimas industriales para la agricultura y biorremediación, ya que puede degradar hidrocarburos, compuestos clorofenólicos, polisacáridos y pesticidas xenobióticos, sin que esto sea un riesgo para la salud humana o el medioambiente. 

Sin importar el uso que se le quiera dar a la Trichoderma, siempre será necesario recrear las condiciones ideales para su multiplicación, las cuales no están en la naturaleza y que se puede realizar utilizando un biorreactor o fermentador, para así generar lotes puros y homogéneos, libres de contaminación.

Utilizando un biorreactor se pueden realizar cultivos eficientes de microorganismos filamentosos, como es el caso de este hongo, que también requieren de una alta transferencia de gases y bajo esfuerzo cortante, esto sumado a un bajo costo y consumo de energía.