Los instrumentos de vidrio del laboratorio pueden estar fabricados de Borosilicato o de cal sodada. Siendo estos últimos los más recomendados para productos Clase B o cuando es poco probable una exposición prolongada a químicos.
Por otro lado, los instrumentos volumétricos de vidrio Borosilicato Clase A tienen una resistencia química y térmica superior y están mejor adecuados para el almacenamiento de soluciones. El uso de estos instrumentos significa que la precisión se mantiene durante una vida útil más larga que sus equivalentes de cal sodada.
Con el uso diario, los instrumentos volumétricos de vidrio requieren recalibración. Aquellos de cal sodada necesitan el doble de recalibraciones que aquellos de borosilicato. Las normas internacionales para la calibración de estos instrumentos recomiendan recalibrar cada diez años los de borosilicato y cada cinco años los de cal sodada. Estos tiempos se deben acortar si se observa corrosión química. De esta forma, todos los instrumentos volumétricos son fabricados, calibrados y con marcas de graduación en ml de acuerdo a estas normas.
Tolerancia:
Clase A: Mayor nivel de exactitud
Clase B: Para trabajos de propósito general, calibrados con un menor nivel de exactitud.
Todos los instrumentos volumétricos Clase A, como pipetas, matraces, cilindros y buretas están inscritos con un número de serie y certificado de calibración propio. Cada uno de estos certificados incluye los detalles del volumen real, estimación de la incertidumbre para la calibración y la tolerancia requerida para el cumplimiento con las normas. Se calibran en cinco puntos separados en la escala que se indica en el certificado.
La recalibración generalmente no es necesaria si el instrumento es nuevo, pero ha estado almacenado por un tiempo, el tiempo no afecta la exactitud. Si ha sido sometido únicamente a temperaturas moderadas como aquellas de limpieza, lavado en máquina o esterilización en autoclave a 121°C, o si ha sido usado por menos de cinco años sin uso repetido con químicos corrosivos o ácidos y alcalinos fuertes.
En cambio, es necesaria la recalibración si:
– El instrumento está hecho de cal sodada y se ha usado por cinco años.
– Si está hecho de borosilicato y se ha usado por diez años.
– Si se ha sometido a temperaturas por sobre los 150°C.
– Si se usa constantemente con ácidos o bases fuertes.
– Si hay señales de corrosión química como un glaseado de las superficies internas.