Un equipo de homogeneización mecánica, con su respectiva sonda, está diseñado para procesar las muestras de manera rápida y eficiente, sin comprometer a la muestra. Una homogeneización rápida a veces puede significar una degradación del fluido por efecto del calor generado por la acción mecánica.
Un homogeneizador puede ser de sobremesa o de mano y dependiendo del modelo y fabricante, puede alcanzar velocidades de hasta 75.000 rpm.
La sonda que se utilizará para un homogeneizador debe ser seleccionada tomando en cuenta factores clave, sobre todo, la aplicación en la que se utilizará. A continuación, algunos puntos a considerar al momento de escoger una sonda para un equipo homogeneizador:
– Volumen: Dependiendo del tipo, una sonda puede trabajar volúmenes entre los 250ul y 50L.
– Partículas: El tamaño de la partícula de la muestra al inicio y el tamaño final deseado. Dependiendo del equipo, se puede seleccionar un rango de tamaño para tener un mejor control del producto final.
– Contaminación: Si la contaminación cruzada es un tema sensible para un ensayo, existen sondas desechables para estas aplicaciones.
– Punta: Una sonda con punta de sierra está mejor adecuada para muestras de tejido y otros materiales fibrosos. Por otro lado, una punta plana es mejor para aplicaciones más delicadas, como la creación de emulsiones, mezclado básico o procesamiento de líquido a líquido.
– Largo: La sonda debe ser del largo suficiente como para llegar hasta el fondo del recipiente en el que está la muestra, manteniendo el agujero de aireación superior por sobre el nivel de la muestra. La eficiencia del procesamiento es afectada por la distancia desde la sonda hasta el fondo del recipiente, así como también el tamaño del recipiente, su geometría y la naturaleza de la muestra. La mejor opción, es experimentar con una variedad de distancias, teniendo como punto de partida una locación de ⅓ de distancia desde el fondo hasta el líquido.