El Baño Ultrasónico es un excelente equipo para limpiar instrumentos de laboratorio o para disolver de manera rápida, un sólido en un solvente. Pero si existe preocupación sobre una baja en el rendimiento del baño, se puede realizar una prueba de ablación con papel aluminio para comprobarlo.
Esta prueba se realiza de la siguiente manera:
1- Llenar el baño ultrasónico con agua hasta el límite usual
2- Encender el equipo y esperar hasta que se desgasifique
3- Cortar un trozo de papel aluminio del tamaño del baño
4- Usando tenazas, bajar el aluminio al agua hasta que esté por sobre la base
5- Tener precaución de que las manos del operario no toquen el líquido
6- Sostener el aluminio en el agua por unos 30 segundos
7- Remover el papel aluminio y analizar las marcas
8- Para equipos más grandes, se pueden sostener trozos de papel aluminio en distintas zonas del baño, sostenidos con cinta adhesiva
Cómo interpretar los resultados
La prueba con papel aluminio es más cualitativa que cuantitativa, pero puede ser un buen indicador a lo largo del tiempo de si el Baño Ultrasónico está rindiendo de manera correcta. Realizar esta prueba una vez al mes y guardar las láminas de papel aluminio permite comparar los resultados a lo largo del tiempo.
La distribución de los agujeros es un buen indicador de la distribución de la energía ultrasónica dentro del baño. Esto permite detectar de manera rápida si hay áreas en las que el poder no es tan efectivo, lo que a su vez, puede ser una señal de un transductor dañado.
Mantener las variables constantes es el punto más importante a recordar cuando se realiza esta prueba en un Baño Ultrasónico. La temperatura, el poder ultrasónico, la posición del papel aluminio, la profundidad del agua y del aluminio utilizado, deben ser todos mantenidos en el mismo orden para poder así comparar resultados en igualdad de condiciones.