Una Termobalanza requiere que sus usuarios entiendan cómo analizar cada material en particular, teniendo en cuenta los resultados esperados y conocer cómo preparar la muestra de manera correcta. Dependiendo del material, no sólo el agua se evapora, sino también los aceites, alcoholes, etc, los que también se alteran con el calor.

Estas balanzas de humedad, operan secando las muestras, utilizando calor desde lámparas halógenas montadas por sobre la muestra. Se pueden cambiar los perfiles de temperatura para esto, ya sea calentando lentamente hasta llegar a una temperatura fija o aumentando rápidamente para el mismo objetivo.

Preparación de la muestra

Un aspecto que siempre se debe tener en cuenta en la preparación de muestras y que es la consideración más importante para resultados precisos, es que la muestra se debe preparar para que se pueda calentar de manera uniforme cerca de la superficie del material. Cuando la muestra se posiciona en la bandeja, debe ser de la manera más fina posible, usando entre 3 y 10 gramos para asegurar la repetibilidad de los resultados.

Los polvos no requieren mayor preparación, pero de otra manera, la muestra debe ser molida o cortada. Es importante que la muestra esté lo más fina posible.

Las pastas o líquidos, deben ser esparcidos lo más delgado posible en almohadillas de fibra de vidrio.

Termobalanza equipos de laboratorio determinador de humedad

Los líquidos que puedan salpicar al ser calentados, como mantequillas o aceites, necesitan ser esparcidos en almohadillas de fibra de vidrio o pueden mezclarse con arena seca.

Algunos materiales, como los quesos suaves, requieren de una preparación especial. Para prevenir que la muestra salpique o forme una capa, se recomienda usar arena seca como material tampón. Es necesario secar esta arena utilizando un horno, para asegurar que no contenga humedad. Luego se puede posicionar la arena en la almohadilla para la muestra y tarar la termobalanza antes de comenzar el análisis.

Alternativamente, se puede también esparcir el queso en una gasa de vidrio hilado, para asistir en la extensión del calor y prevenir salpicaduras o la formación de capas.

Es importante señalar que algunos materiales no son adecuados para analizar en una termobalanza. El azúcar, por ejemplo, une las moléculas de agua a las de azúcar de manera tan potente, que el calor no puede remover el agua antes de que el azúcar se queme. Algunos plásticos tienen también un porcentaje de humedad tan bajo, que la termobalanza no podrá aplicar el calor requerido para extraerlo.

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