El horno es quizás el equipo más versátil de un laboratorio. Puede utilizarse en una variedad de tareas, desde simplemente calentar, hasta la realización de reacciones complejas. Las industrias que más utilizan este equipo son la alimentaria, farmacéutica, química y la industria de producción de materiales, como el cocido, curado, recocido y secado de múltiples composiciones químicas y físicas. La mayoría de estos procesos producen resultados específicos, por lo que muchas veces, requieren de diferentes tipos.
Tipos de horno de laboratorio
Los tres tipos más comunes son:
1- De convección por gravedad: Estos equipos utilizan la convección natural para circular el aire dentro de la cámara. Esta circulación forzada de aire caliente resulta en un calor uniforme de los contenidos en el interior.
2- Horno de vacío: Estos equipos operan bajo vacío y se utilizan para secar y deshidratar muestras.
3- De alta temperatura: Se utilizan para procesos que requieran temperaturas muy altas, como es el caso del sinterizado.
Un laboratorio biológico, requiere del uso de un horno de laboratorio para una variedad de usos. Un horno de convección por gravedad se utiliza para remover contaminantes microbiológicos desde los instrumentos de vidrio y superficies. Adicionalmente, un horno de vacío se utiliza para adherir sustratos a filtros y otros medios. Este es un procedimiento esencial para asegurar un ambiente seguro y estéril para el trabajo.
En un laboratorio medioambiental, un horno de convección o por aire forzado, se utiliza para una variedad de procesos como determinar el contenido de humedad y determinar los efectos del secado en una variedad de materiales.