El agitador magnético se utiliza en muchos laboratorios para mezclar líquidos en recipientes como vasos de precipitados, matraces y tubos de ensayo. Un típico agitador magnético se compone de un contenedor de fondo plano, una barra de agitación magnética y un controlador externo que genera un campo magnético giratorio para crear el efecto de mezclado.
El mezclado se realiza para obtener una temperatura uniforme o composición dentro del contenedor. Por ejemplo, al calentar un líquido en un vaso de precipitados dispuesto en una placa calefactora, el calor será más uniforme si el líquido está siendo mezclado. De forma similar, al mezclar dos o más líquidos inmiscibles, o sea, que no se mezclan, agitarlos puede ayudar a lograr una mezcla más homogénea.
El uso de un agitador magnético tiene varias ventajas por sobre otros métodos de mezclado, como el agitador mecánico o manual. Algunas de ellas son:
1- Reduce la generación de salpicaduras. Al revolver a mano, siempre hay riesgo de que el líquido salpique o que el contenedor sea golpeado o botado. Esto es menos probable que suceda con un agitador magnético, ya que el contenedor se posiciona en una plataforma destinada para ello.
2- Mayor seguridad. Hay una menor posibilidad de accidentes al usar un agitador, ya que no hay partes en movimiento que puedan tomar contacto con el operador.
3- Mejor control. El agitador magnético típicamente tiene un controlador externo con una perilla de manejo de velocidad. Esto permite al operador ajustar la velocidad de mezclado según se requiera.
4- Mayor precisión y repetibilidad. Estos agitadores proveen de un proceso de mezclado más preciso que otros métodos, como el agitado por mano. Esto es importante para aquellas aplicaciones que requieren de una acción de mezclado precisa, como las investigaciones científicas.