Una nueva ley ingresada al congreso de Estados Unidos, levantó la alerta sobre los límites en la presencia de metales tóxicos en la comida de bebés e infantes, la cual, hasta ahora, estaba en regla, pero sobre una ley desactualizada.
Es así como algunos elementos y metales tóxicos que se pueden encontrar, en niveles seguros, en esta comida para bebés son: Arsénico inorgánico (10ppb), Cadmio (5ppb), Plomo (5ppb) y Mercurio (2ppb), entre otros. La meta de esta nueva ley es que estos niveles estén lo más cerca posible de cero.
En niveles altos, estos metales pesados son tóxicos para infantes y niños y pueden contribuir a problemas de comportamiento, incluidos desórdenes atencionales, aumentar el riesgo de cáncer, contribuir en problemas de aprendizaje, y retrasar el crecimiento y desarrollo correcto.
Para monitorear las cantidades de estos metales presentes en la comida, la Espectrometría de Fluorescencia es una técnica de análisis precisa y confiable, capaz de entregar rápidamente y de manera diferenciada, los elementos presentes en una muestra y las cantidades en las que se encuentran.
Desafortunadamente, los metales tóxicos están de manera natural en el agua, aire y suelos, por lo que casi cualquier cosa que crezca de la tierra, absorberá, por lo menos, algunas cantidades mínimas de metales tóxicos. La buena noticia y gracias a estas nuevas leyes, es que las comidas empacadas son tratadas para que contengan niveles muy bajos de metales pesados, entregando a los niños comidas saludables, las que, consumidas en moderación, ayudan a prevenir la ingesta de niveles más altos de estos metales.
Hay también otros tipos de metales que pueden ser peligrosos para los alimentos, pero que se pueden evitar. Durante la producción de alimentos, hay una posibilidad de que la vibración de las maquinarias suelten tornillos y otras partes dentro de los productos y contaminar todo un lote. Es por esto que las empresas productoras trabajan con detectores de metales especializados para así identificar rápidamente estos contaminantes y evitar que lleguen al consumidor final.