Un aceite esencial se produce mediante la destilación por vapor de agua o expresión a frío, para así extraer los componentes volátiles de una planta aromática, como el eucalipto, la fabricación de aceites esenciales es una práctica muy realizada con fines comerciales.
Para realizar la destilación a vapor de las hojas de eucalipto, primeramente, la muestra se debe limpiar, separar y pesar. Estas se insertan en el equipo Extractor de aceites esenciales, el cual contiene sólo agua a temperatura ambiente para la creación del vapor. La tapa del equipo debe estar cerrada firmemente y sus cierres apretados de manera uniforme, para que se aplique la misma cantidad de presión en todos ellos.
Luego, se instala un recipiente para la salida de la muestra y luego se establece el termostato a una temperatura de 150°C. Una vez que comienza el proceso, la cuba que contiene el agua se calienta hasta el punto de ebullición. El vapor liberado pasa por las hojas de eucalipto, rompiendo sus depósitos de aceite y cavidades, liberando las esencias que se juntan con el vapor.
En el colector se enfría el vapor, ocurriendo la condensación, acumulación de agua y posterior acumulación del aceite esencial extraído, el cual es menos denso que el agua, por lo que se acumula en la parte superior del recipiente. Esta fase oleosa comienza a suceder al cabo de unos 30 minutos de funcionamiento del equipo, dándose por completada en aproximadamente una hora.
Luego de finalizado el proceso, se recoge la fase acuosa, de la parte inferior del recipiente y luego la fase oleosa.
El aceite esencial del eucalipto reside principalmente en las hojas, alojándose en cavidades globulares llamadas glándulas. Sin embargo, se puede realizar otra extracción con los tallos y ramas de la planta, para así aprovechar al máximo las muestras recolectadas.
De acuerdo al uso final que se le quiera dar a estos aceites, se pueden clasificar en medicinales, industriales y para perfumería.