La caducidad de un alimento corresponde al rango de tiempo en el que este producto mantiene intacta su calidad aceptable a ojos del consumidor, así como también inocuo, sin contaminantes ni alteraciones fisicoquímicas y nutricionales, toda vez que haya sido almacenado en las condiciones recomendadas por el fabricante.
Existen una serie de factores que pueden afectar la vida útil de un producto, lo que puede estar relacionado con :
– Factores intrínsecos: Agua, humedad y PH.
– Factores extrínsecos: Condiciones de empaque, materiales y almacenamiento.
Una vez identificados estos factores, se puede comenzar a establecer una fecha de vencimiento para un producto. El siguiente paso será someter al producto a una serie de pruebas en plazos de tiempo fijo, donde las muestras se analizarán en diferentes condiciones ambientales y fisicoquímicas.
Luego de estas pruebas, se realizan análisis específicos sensoriales, nutricionales y microbiológicos en el laboratorio, utilizando métodos directos e indirectos para establecer de manera precisa la fecha de caducidad.
La metodología de estos análisis consiste en someter a los productos a las mismas condiciones a las que se verán enfrentados al salir de la línea de producción, durante el almacenamiento, transporte y exhibición en los comercios, además de condiciones regionales de las zonas en las que se distribuirá este producto en el caso de los alimentos que se almacenan a temperatura ambiente.
Las muestras que se analizarán en el laboratorio se deben fabricar en las mismas condiciones que aquellas que se distribuirán al público. Adicionalmente, estos análisis se deben realizar idealmente en las primeras etapas de desarrollo del producto.