La Molalidad, expresada en (m), se utiliza para expresar la concentración de una solución y corresponde al número de moles de un soluto que se han disuelto en 1 kilo de solvente. Se calcula dividiendo los kilogramos de solvente por los moles de soluto.
La molalidad es entonces una medida de la concentración de un soluto en una solución y se utiliza cuando se requiere tener un control de la temperatura. Su contraparte es la molaridad, que corresponde a los moles de soluto por cada litro de solvente. Cada una de ellas se utiliza en cálculos específicos.
La unidad de medida para la molalidad es mol/kg y una solución que tiene una molalidad 1 mol/kg se conoce como “1 molal” o “1m”. A pesar de que el sistema de unidades SI, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, considera el término “molal” y el símbolo de unidad “m” como obsoletos, por lo que se utiliza siempre el mol/kg.
Para la preparación de una solución de una molalidad, se debe pesar el soluto y el disolvente, para así obtener sus masas. Esta es la principal ventaja de trabajar con la molalidad en química, ya que la masa de una sustancia pura conocida es más importante que su volumen, esto debido a que los volúmenes pueden verse alterados por factores externos, lo que no sucede con la masa.
Esto sumado a que las reacciones químicas suceden en proporción de masa, y no de volumen. Por lo que para basarse en masa, se debe hacer una sencilla conversión en relación a masa o una fracción de ella.
En el caso de las soluciones acuosas, donde el agua es el disolvente y está cercano a la temperatura ambiente, la diferencia entre una solución molal y molar es insignificante. Esto debido a que el agua, cuando está cercana a la temperatura ambiente, tiene una densidad de 1 kg / L, por lo que los Litros de molaridad, son iguales a los kilos de molalidad.